PRIMERA PARTE
(…
continuación) Títulos 10 y 11.-
Luis
Heinecker S
10.
PARTIDO. GUERRILLAS, FMP
El
tercer procedimiento organizativo partidario de la guerra irregular es el
denominado de la "Fuerza Militar
Propia", que es la entidad guerrillera militarizada, propiamente dicha.
En
este camino también existen manuales autorizados que marcan la técnica
respectiva:
los
de Mao‑Tsé‑Turng, de Sokolovsky, de Vo Nguyen Giap, de Guevara, de Marighella,
etc.
Ellos
desarrollan el postulado de Lenin de conseguir
“la liquidación del ejército regular, y
la sustitución del mismo por todo el pueblo armado... Liquidaremos
totalmente el ejército regular”, ("La cuestión militar y el trabajo político
en las fuerzas armadas").
Añade
Mao "Por eso, la idea de crear y
consolidar diferentes bases revolucionarias con la ayuda de las fuerzas armadas
obreras y campesinas es muy importante" ("El poder rojo", 1928).
Guerra revolucionaria, llevada a cabo por un ejército irregular. Empresa audaz.
Que
comienza por la intentona guerrillera.
Acá,
por lo pronto, lo que nos interesa registrar del tema es su faz partidaria.
La
conducción de la guerrilla por el Partido Revolucionario.
Conviene aclarar que dicho Partido puede ser de los marxistas seguidores de la
ortodoxia moscovita (PC), o heterodoxo, como el "26 de julio" cubano, o el
"sandinista" nicaragüense.
Puede
ser fachada legal directa, como el "Harri Batasuna", de
Lo
que interesa, en el fondo, es que todos son de corte leninista, aunque algunos
acentúen la temática separatista (IRA, de Irlanda del Norte), otros la
anticolonialista (como el "Vietminh", de Indochina), indigenista (como "Sendero
Luminoso", peruano), anticapitalista (como las "Brigadas Rojas", italiana),
antiimperialista (como el "Frente Farabundo Martí", salvadoreño), etc.
De un
modo u otro, todos cumplen con la exigencia de que la guerrilla armada se
inspire en la ideología comunista y sea dirigida por un Partido de cuño
revolucionario leninista.
Para tomar un caso de vinculación que a nosotros nos preocupa particularmente,
nos referiremos al del PCCh‑FMR
(Partido Comunista Chileno – Frente Manuel Rodríguez).
Negado, admitido,
soslayado, conocido, poco estudiado.
Para empezar, reseñemos ‑como antes lo hicimos con el MIR‑ la estructura
orgánica del Partido Comunista de Chile, que fuera Sección Chilena de
Ya dijimos que este último está regido por el Comité Central (CC, o
"PoIitbureau") del Partido Comunista de
En el orden local, de arriba a abajo ésta es la estructura:
-
Secretario General, con su organismo consultor: el Secretariado.
-
Comité Central (CC), con sus diversas "Comisiones Nacionales".
Para el llamado "Sector Interno" existe una "Comisión Nacional Militar",
de la que depende
a la que se subordina
FP‑PC (Fuerza propia del Partido Comunista),
FP‑JJ.CC. (Fuerza propia de las Juventudes Comunistas), y
FPMR (Frénte Patriótico Manuel Rodríguez),
-
Dirección Nacional, con delegados de los 46 comités regionales.
-
Comité Regional (CR).
-
Comité Local (CL).
-
Célula, estructura de base, constituida por 4 ó 5 militantes.
-
Militante.
Por separado, con autonomía orgánica funcionan las
JJ.CC. (Juventudes Comunistas).
Pero ese organigrama complicado sólo expresa la estructura orgánica.
Además de ella existe la estructura funcional.
En tal categoría encajan los denominados
"organismos de fachada”, colaterales filocomunistas.
Una y otra estructura se vinculan a través de algunas de las “Comisiones
Nacionales" del Comité Central.
Así, por ejemplo,
La diferencia, desde el punto de vista orgánico, en:
Organismos de Base del PC y
Organismos Infiltrados por el PC.
En cuanto al orden funcional, se distingue en cuatro áreas:
Poblacional,
Cultural,
Profesional y
Derechos Humanos,
en que los dos tipos de organismos (base e infiltrados) cuentan con entes
correlativos (v,gr. en la cuarta área: el Movimiento Sebastián Acevedo, de base,
y
Además, existen otras dos áreas funcionales, sin estructuras orgánicas
equivalentes:
- la
femenina (11 movimientos feministas, todos de base),
- y la
gremial (5 centrales sindicales, todas infiltradas).
En el plano internacional, durante el período del Gobierno Militar, las
superposiciones nacionales se
multiplicaron.
Caso de:
-
"Chile Democrático", con 52 filiales (con sedes principales en Roma y Mendoza),
- el
COMARCHI,
- los
Comité de Solidaridad con Chile,
- el
Instituto para el Nuevo Chile,
- las
Casas Chile, etc.
En otros casos, las funciones tradicionales de ciertas estructuras orgánicas
fueron alteradas por nuevas funciones.
Tal es la situación de los Comités Locales (CL) y los Comités Regionales (CR),
que tenían a su cargo las funciones "territoriales", hasta que ‑ hacia 1980 -
les adicionó las funciones bélicas de "unidades de combate" y "grupos
operativos", en principio propias de las "autodefensas" (TMM: Trabajo Militar de
Masas), transformadas en MR, “Milicias Rodriguistas".
Si se tiene en cuenta que las JJ.CC., por su lado, duplicaban esas mismas
funciones, se tendrá una idea de la complejidad organizativa del PC (otra cosa
era si toda esa orgánica era eficaz o no; y más bien que no).
Si hemos precedido de todo ese intríngulis orgánico comunista al tópico de la
relación entre el PC y el FMR, es
porque él permite entenderlo, hasta donde ello es posible para alguien ajeno a
esos laberintos marxistas.
Así, resulta que la vinculación no es de carácter "orgánico" directo, sino
"funcional",
claro que con el cordón umbilical orgánico de
En ese esquema se comprenden mejor las palabras de Camilo González, cuando en
el número 22 de la revista
partidaria "Principios", de enero‑febrero de 1982, decía:
"La fuerza militar propia no opera como una fuerza dentro del Partido,
sino que desde
fuera
de él, como una organización militar orgánicamente independiente,
a la que se integra parte del Partido, aunque siempre bajo la dirección
política
militar del
Partido".
También, con lo antes expuesto, se puede intentar aprehender el sentido de lo
expresado por el miembro del CC del
PCCh, Jaime Insunza, en
"Tuvimos un error histórico en el pasado al descartar la fuerza militar...
De haber un entendimiento con las demás fuerzas democráticas, estamos dispuestos
a discutir también esta
política militar nuestra,
sin
renunciar
a ella.
Por ejemplo, podemos acordar cuáles son las formas que pueden tomar la
autodefensa del pueblo...
También podemos concertarnos para buscar persuadir a los militares a fin de que
transiten por la vía democrática.
Pero
seguiremos con la
preparación y mantención de cuadros
militares.
Quien lo lea desde afuera de la complejidad estructural comunista, no
comprenderá mucho de lo allí
indicado.
En cambio, debía recordarse que la "política militar" del PC cubría tres fases,
a saber:
a)
Antigua,
desde 1931:
FAO, "Política Militar hacia las
FF.AA.", de infiltración y división; totalmente fracasada. Por eso Insunza se
avenía a dejarla en manos de los partidos democráticos',.
b)
Moderna,
desde antes de marzo de
1973: TMM, "Tarea
Militar de Masas", o "Autodefensa", a cargo de las MR (Milicias Rodriguistas);
en la que no había alcanzado la espectacularidad del MIR; y cuyas "jornadas de
protesta" habían declinado, a raíz de la desvinculación de los "partidos
democráticos".
Allí, Insunza quería que éstos
volvieran a colaborar.
c)
Contemporánea,
desde 1983:
FMP, "Fuerza Militar
Propia", cuyo sector importante era el Frente Manuel Rodríguez.
En este punto era en el que Insunza se mostraba intransigente.
Ahí no transaba en absoluto, porque
aún seguía creyendo en su viabilidad, no obstante los contrastes notorios
(casos: "Arsenales, internación clandestina de armas en Carrizal Bajo", y
"Atentado Presidencial”).
A pesar del empeño del PCCh por negar la pertenencia del FMR, nadie nunca creyó
en sus desmentidos.
Al final, un buen día, el nuevo Secretario General del PCCh, Volodia Teitelboim,
en una entrevista, en 1990, por Televisión Nacional, dijo:
"Nosotros no tenemos armas. Yo creo que
las que encontraron entonces (NA.: en Carrizal Bajo, el 6 de agosto de 1986)
fueron suficientes, y por lo tanto nos dejaron sin armas".
El pequeño detalle implícito era que las 53 toneladas de armamento, municiones y
explosivos secuestrados (de un total de alrededor de 83 toneladas), a partir del
hallazgo de Carrizal Bajo, lo habían sido (confiscados) al Frente Manuel
Rodríguez, y no al Partido Comunista, que se decía "independiente" de la entidad
guerrillera.
Aclarado ese punto de inútiles controversias, veamos la estructura orgánica del
FMR, al que hemos tomado como modelo de organización guerrillero‑terrorista.
Desde arriba hacia abajo ésta era su estructura:
-
Dirección Nacional: 5 comandantes superiores, el jefe adopta el nombre político
de "José Miguel”.
-
Comandancia Superior: 12 miembros.
-
Departamentos, son 4: Militar, Político, Logístico e Instrucción; más un
destacamento especial.
-
Mandos zonales: 4
-
Mandos regionales: 20 (capitanes)
-
Destacamentos (tenientes)
-
Grupos Operacionales
-
Militante
-
Combatiente
-
Miliciano (MR ‑ TMM) o Aspirante (JJ.CC.)
-
Colaborador
Miembros del CC del PCCh, integrantes de
Nacional del FPMR (cuyo "José Miguel", fue el ingeniero Raúl Pellegrin
Friedirnan, hasta el 28 de octubre de 1988, fecha en que se ahogó en el río
Tinguiririca, y cuyo alias bélico era “comandante Rodrigo").
Más adelante, hacia 1985, el orden operativo se reestructura. Se adopta el
siguiente mecanismo de combate:
‑
Destacamentos: 1 por zona, con 3
columnas y 1 aparato logístico.
‑
Columna: 90 combatientes, divididos en
3 ó 4 pelotones.
‑
Pelotón: 27 combatientes, divididos en
3 ó 4 grupos.
‑
Grupo: unidad de base, integrado por
Además de la estructura combativa, existen otras como:
‑
Aparato Logístico: con secciones,
sanitarios, depósito y traslado de armamento, robos de vehículos, etc.
‑
Aparato de Exploración: con información
sobre las rutinas diarias de las eventuales víctimas, recaudación de datos sobre
vías de acceso y de escape en los sitios de los atentados, etc.
En cuanto a las "Operaciones Urbanas", el Reglamento Interno, aprobado en
1985, las diferencias de esta
manera:
A.‑ Ofensivas:
1) Asalto,
2) Emboscada,
3) Sabotaje.
B.‑ Defensivas:
1) Contención,
2) Lucha contra el cerco,
3) Rompimiento del cerco.
Respecto de la doctrina militar a adoptar, el documento interno "Aspectos
teóricos acerca de los conflictos armados y sobre la organización militar del
pueblo" define su acción como "una guerra revolucionaria".
Diferencia la “insurrección armada",
que sería el caso bolchevique en Petrogrado, en 1917, con fuerte acento
político‑popular, de la "guerra popular", de la revolución china y de
Vietnam, que subraya lo militar, con la creación de un ejército irregular; y
la “lucha guerrillera", del caso cubano de Fidel Castro, con grupos pequeños
de hostigamiento rural.
De esos precedentes marxistas, admite la imitación de aspectos parciales.
Ubica la acción del rodriguismo más bien dentro del tipo de "guerra de
liberación", al modo del "sandinismo" nicaragüense, pero con variantes.
A esa especie la denomina "sublevación nacional", a la que caracteriza así:
"
La insurrección es principalmente un plan militar apoyado en las masas para
aniquilar al enemigo.
A continuación enumera algunas de esas operaciones: propaganda armada, atentados
selectivos, copamientos de edificios, emboscadas a transportes colectivos de
tropas, sabotajes a sistemas energéticos y de comunicaciones, etc.
Atento a lo anterior, se puede inferir, sin dificultad, que el FMR se apegaba,
sin decirlo, a la receta terrorista instaurada en nuestro país por el MIR ya en
1965, aumentando su intensidad y cantidad; pero sin mutaciones cualitativas. Por
eso, cualquiera sea el cuño ideológico que le coloquen ("Rebelión Popular”,
"Sublevación Nacional", "Guerra Patriótica Nacional", etc.), no excede el marco
del terrorismo guerrillero.
Terrorismo, que es, como lo hemos visto, una de las vías de manifestación de la
guerra irregular comunista.
El comunismo de este grupo terrorista chileno ‑ continuamente citado en sus
documentos internos ‑ queda de manifiesto en el párrafo final de este informe
doctrinal, que dice así:
"Conclusión: El armamento de las masas, combinado con la conformación del
ejército revolucionario, es el principio marxista‑leninista en lo concerniente a
la organización militar del pueblo".
Sucede que, por indicación de sus mentores, Fidel Castro y Humberto Ortega,
debían evitar en sus proclamas
públicas el uso de las expresiones "comunismo", "marxismo‑leninismo" y
"socialismo", para engañar a los que quisieran engañarse.
De todos modos, la estrecha vinculación entre Partido y Guerrilla está
suficientemente en claro.
Para quienes no lo estuvieran, el Secretario General del PCCh, Luis Corvalán, en
un artículo que se titulaba "El PC está vivito y coleando", aparecido en
el número 103 de la revista "Análisis", exponía:
"Algunos creen que
Ni lo uno ni lo otro.
Es el Partido el que orienta a la juventud, es el Partído tambíén el que da
oríentacíones a aquellos compañeros que forman parte del FPMR".
El Partido, contra‑iglesia fundada por el patriarca Lenin, era y es el único
organizador del terrorismo guerrillero.
Esa era la cuestión que debía quedar bien aclarada.
Y creemos que lo está.
11.
INTERNACIONALISMO
Tan
pronto como el lector, premunido de todos los datos que hemos ido revisando
hasta aquí, llegue a la conclusión de
que sí existe una guerra diferente a la antigua convencional, y quiera
difundirlo entre sus contertulios, la argumentación cambiará.
Ya no
se le dirá que todo ese cúmulo de hechos criminales son casos aislados de tipo
policial.
Se le
dirá otra cosa.
Se
trata, le argüirán, de una "reacción" extraordinaria, ocasional, circunstancial,
ante un Gobierno autoritario, de fuerza.
De
"todas las formas de lucha contra
Como
si la causa fuéramos nosotros y el efecto ellos.
Es un
combate por el restablecimiento de la "dernocracia", explicarán. Claro. Frente a
un Gobierno Militar, como el del General Pinochet en Chile: ¿cómo no admitir la
justa rebeldía de los "jóvenes idealistas" que se sacrificaban en aras de la
libertad y la democracia... ?
Solicitamos al lector que no se tome el trabajo de justificarnos.
Ni
tan siquiera de recordarle a su
interlocutor las condiciones creadas por el Gobierno de
Y
hasta que ni mencione, por el momento, el hecho cierto de las condecoraciones
entregadas por Fidel Castro a los militares cubanos por su campaña en Chile, en
1973.
Que
ponga entre paréntesis todo el bagaje documental y conceptual que tiene al
respecto, y que se limite a formularle al contradictor algunas preguntas.
Interrogaciones no referidas al ámbito chileno, sino a otros lugares del mundo.
Por
ejemplo: una vez acordado que el sistema de gobierno que predominaba en
Cuando menos, que le mencione un caso de esa especie tan alabada de "rebelión
idealista".
Esté
tranquilo, que no lo hallará.
Y no
lo encontrará, por la muy sencilla razón de que en el "Bloque Socialista" no ha
habido "guerra revolucionaria".
A
continuación, cambie el plano geográfico de la interrogación.
En
este caso, convenga con el disputante
sobre el carácter plenamente democrático de los sistemas gubernamentales de
ciertos países occidentales, v.gr., los de Alemania Federal, Italia, España,
Gran Bretaña y Canadá.
Entonces, pregúntele contra cuál "dictadura" combatían los movimientos
guerrilleros conocidos bajo las denominaciones de: "Banda Baader‑Meinhof",
"Brigate Rose", "Lotta Continua", “Il Manifesto", "Prirna Linea", “Nuclei
Armati Proletaro”, "Fracción del Ejército Rojo", "Avanguardia Operaia", IRA
Provisional, ETA, GRAPO, Movimiento de Liberación de Quebec y otros similares.
Acá,
si el interlocutor no es un ingenuo total, puede que le proponga una respuesta.
Le
dirá que el "capitalismo burgués", con su "consumismo", elabora un
"Establishment" tan cerrado, que la protesta contra ese régimen, a veces, tiene
que ser "extraparlamentaria".
De
ahí podrá pasar a la contradicción entre "explotados" y "explotadores", entre
"oprimidos" y "opresores", entre ricos y pobres, etc.
Bien.
Luego
el lector podrá citar aquello de que “los
proletarios no tienen para perder más que sus cadenas", y el diálogo se
encarrilará hacia un terreno acotado, bien delimitado: el del marxismo.
Luego, se planteará la forma moderna, eficaz, de otorgarle una "praxis"
revolucionaria a esa teoría.
Esto
es, discurrirá hacia el campo del leninismo.
Fijado lo cual, el debate podrá encaminarse sobre el problema de las "vías" más
adecuadas para la instauración del socialismo.
Una
amena conversación de sobremesa acerca de las tácticas de ruptura más
procedentes los hará arribar al tópico de
"todas las formas de lucha", sin excluir
la terrorista guerrillera.
Para
cuando sirvan el café, el lector comprobará cuán lejos de Santiago de Chile,
cuán distante de Augusto Pinochet, se halla...
Llegada la controversia a ese punto, recién será el momento de plantear al
contradictor por las causas
"democráticas" que inclinaron al MIR chileno, en
Si el
interlocutor guarda un mínimo de honestidad intelectual o moral, convendrá con
el lector en que las causas de la presencia guerrillera en Chile nada tiene que
ver con las personas de sus gobernantes o con sus métodos de gobierno, y que el
asunto es más complejo de lo que se imaginaban.
Esa
será la oportunidad para revisar el problema del Internacionalismo
Revolucionario. Que es, precisamente, lo
que a continuación vamos a hacer.
Una
buena guía para internarse en ese tópico lo constituye el libro de la
especialista Claire Sterling,
"Terrorismo. La red internacional",
traducido al castellano en 1981.
La
autora comienza por observar lo siguiente:
"En los últimos diez años –la década de 1970 ‑, las restricciones legales de
varios siglos se han desmoronado y no sólo, ni siquiera primordialmente, en los
países que, de todos modos, no tienen mucho apego a las leyes.
Algunas naciones, totalmente sin leyes, las dictaduras más inhumanas de
Sin embargo, apenas hay una democracia que se haya visto excluida de los actos
terroristas, desde los Estados Unidos y Canadá, hasta
Al
promediar la década de 1970, operaban 140 bandas terroristas en 50 países
occidentales, y ninguna en los del sector socialista.
La
investigadora se detiene en el caso de las «Brigadas Rojas" italianas.
Ellas
habían producido en 1977, 2.018 atentados. Tenían por líder a un sociólogo
universitario, Renato Curzio.
Habían asesinado al Primer Ministro de Italia y jefe del Partido Demócrata
Cristiano, Aldo Moro.
Además, habían cometido homicidios contra figuras destacadas de la vida
italiana, como Carlo Casalengo, director del diario "
Su
especialidad, con todo, no eran los homicidios, sino los secuestros de personas
por dinero, y el disparo de proyectiles en las rodillas para causar invalidez.
Las
"Brigadas Rojas" no se encerraban en Italia.
Recibían entrenamiento junto a las unidades
palestinas (FPLP, Frente para
Intercambiaban combatientes con la "Banda Baader‑Meinhof" (de la periodista
Ulrike Meinhof; que habían asesinado al industrial alemán Hans‑Martin Schleyer,
en 1977), y con el grupo "Septiembre Negro" (autor de los atentados en los
Juegos Olímpicos de Munich, en 1972).
Un
acreditado asesino internacional, el venezolano Carlos “Ilych" Ramírez Sánchez,
conocido como "Carlos" (egresado de
“Carlos” que en 1975 había asesinado a dos funcionarios de los servicios de
Inteligencia de Francia, gozaba de la hospitalidad de las "Brigadas Rojas", en
particular de su mecenas, el editor milanés Giangiacomo Feltrinelli, quien había
muerto carbonizado al intentar colocar una bomba en un poste de alta tensión, en
el suburbio de Segrate, Milán, el 15 de marzo de 1972.
Anota
Claire Sterling: "Quienes poseen la
verdadera vocación para la violencia se han buscado unos a otros y los demás los
han encontrado".
Los
miembros de las "Brigadas Rojas" eran todos marxistas‑leninistas.
Acusaban el PC de Italia de estar
"burocratizado", y al stalinismo en general, de haber olvidado u omitido el
conocimiento del "joven Marx", del Marx filósofo hegeliano de izquierda,
anterior al "Manifiesto" y, por supuesto, a "El Capital". El Marx que servía
para guiar el "socialismo de rostro humano".
También se declaraban deudores de la obra de Antonio Gramsci, un ex secretario
general del PCl, que en tiempos del fascismo murió en prisión, y que,
disintiendo con Lenin, había indicado que los comunistas debían conquistar antes
Eran,
pues, heterodoxos, al modo de la moda "eurocomunista" predominante en Europa a
fines de la década de 1960 (de la que derivó el socialismo "reformado").
Hasta
contaban en sus filas ‑ como corresponde a toda guerrilla que se precie ‑ a
algunos sacerdotes, como el P. Silvano Protto.
Y suscitaron la aparición de una tendencia política "ultra", la del Partido
Radical (el cual, v.gr., no vacilaba en llevar al Parlamento como diputada a la
actriz pornográfica conocida como la "Cicciolina").
Actitudes extremistas que permitían al PCl presentarse como "serio" y moderado",
frente a estos ex comunistas tan rechinantes y asesinos.
Algo análogo a la conducta del PCCh con los "termocéfalos" de Altamirano o los
miristas.
Es
decir que, hacia las "Brigadas Rojas" (y la otra media docena de agrupaciones
similares) podían derivar cómodamente toda la gama de trotskystas, maoístas,
guevaristas, anarquistas e izquierdistas sueltos en general, y de seudo
intelectuales, profesionales y estudiantes, en particular.
Incluso pedían aceptar en sus nóminas algunos aventureros, despreocupados de la
ideología, y a quienes sólo conmovía el afán del riesgo y de la muerte que
corrían y podían hacer correr.
En
suma: una pintura muy semejante a la del MIR o los "Lautaros" chilenos.
Y
bien: ¿cuál fue la conducta de
Lo
explica Claire Sterling:
"Hay pruebas firmes de un cambio importante en la política extraoficial de los
rusos después de 1968.
Oficialmente, siguieron mostrando un enorme desdén hacia un grupo de
izquierdistas desordenados y pueriles que amenazaban la estabilidad
cuidadosamente equilibrada del mundo, por no mencionar la paz mental de los
partidos comunistas ortodoxos de
Sin embargo, extraoficialmente, el Krem1in tomó un gran interés por los
"aventureros" terroristas de todos los matices alarmantes".
Añade
a continuación:
“Nada era demasiado bueno para los "movimientos nacionales de liberación"
armados por improbables que resultaran en la geografía y la política, aun
cuando estuvieran dominados por antiestalinistas declarados, o peor todavía, por
trotskystas, a quienes se considera desde hace tiempo en los círculos comunistas
conformistas como ritualmente impuros, si no completamente locos.
Casi todos los tipos de grupos guerrilleros armados, dedicados a destruir los
centros vitales del imperialismo multinacional, han contado desde entonces con
la simpatía discreta de Moscú".
Esto
es: se les daba 1uz verde" para que, "por cuerda separada" de los PC, intentaran
sus golpes.
Quien
tomó cartas en el asunto fue, naturalmente, Boris Ponomariev, jefe del
"Departamento Internacional del CC del PCUS".
Las
cosas se plantearon de esta manera:
"Esa norma (de colaboración) se consagró en
1971, mediante un artículo en
"Kommunist" de
Boris
Ponomaríev, el director del
Kremlin para los asuntos comunistas internacionales.
“Aceptó que
“Sus miembros se veían aceptados con facilidad por la fraseología
revolucionaria... Sin
embargo, su "dirección antiimperialista general es evidente".
Por consiguiente, el desdeñarlos hubiera sido "debilitar la lucha
antiimperialista..." y las perspectivas de un frente unido contra el
capitalismo monopolista...
Las perspectivas parecían especialmente buenas desde el punto de vista de
Ponomariev, porque la suerte o la previsión había guiado la mano de los rusos
antes de que se iniciara 1968".
Alude
la autora a la espontánea y decidida colaboración que prestaron todos esos
grupos de aventureros" de la “New Left"
a la campaña internacional contra los Estados Unidos con motivo de la llamada
"ofensiva del Tet", de las tropas del General Giap en Vietnam del Sur.
La
"contestation" de las formas de vida occidentales y la apología de los
"vietcong" fue el punto de encuentro de las más variadas tendencias y
agrupamientos.
Desde
los "hippies" estadounidenses promiscuos, drogadictos a la marihuana,
estrafalarios, sucios, objetores de conciencia al servicio militar y difusores
de la "canción de protesta" en multitudinarios festivales "beat", que querían
"hacer el amor y no la guerra", hasta los atrabiliarios estudiantes de la
universidad parisina de
Todo
ese mundo fantasmagórico y sicodélico, de los "rebeldes sin causa", fue
organizado y catapultado contra “la sociedad de consumo", el "establishment", la
"violencia institucional" y... el esfuerzo armado de los Estados Unidos en el
sudoeste asiático.
Decantada la parte físicamente inservible de la morralla contestaría
(¿contestataria), la ola subversiva dejó el residuo violentista, que era,
precisamente lo que quería cernir de la ganga Ponomariev.
Con
esos elementos, menos gastados por la promiscuidad, la holgazanería y la
marihuana, y más ganados por el odio ideológico marxista, se organizaron y
financiaron las 140 bandas terroristas que, a imitación de los "gangsters" de la
"maffia", fueron premunidos de metralletas para realizar sus "hazañas" en todo
Occidente.
Ya
tendremos ocasión de examinar más en detalle el papel jugado por Cuba (junto a
Corea del Norte, Yemen del Sur, Libia, Líbano y Nicaragua) en el trazado de esta
red internacional terrorista.
Pero,
para cerrar este pantallazo a la conexión guerrillera mundial que registra
Claire Sterling, nos detenemos en un tramo de esa malla que nos toca más de
cerca.
Alude
la investigadora del tema a la "Junta Coordinadora Revolucionaria" (JCR),
conducida por el cubano Fernando Luis Alvarez, de
Explica que luego de su constitución el 8 de mayo de 1974, en París, tuvo que
desistir de la ejecución del plan guerrillero "Tucumán" (por la provincia
argentina de ese nombre), diseñado por el mexicano Armando Carrillo y el alemán
Norbert Krôcher. Entonces se decidió utilizar esos elementos en Europa.
Dice
Sterling:
"
“Cuando su fuerza estuviera completa se suponía que la brigada incluiría a 1.500
terroristas latinoamericanos competentes.
Cerca de la mitad de ellos se encontraba ya sobre el terreno, dispersos por el
continente europeo y el Medio Oriente.
El resto los enviarían a Europa desde
Cuba, algunos de ellos escogidos de entre los muchos profesionales,
inactivos, en exilio en la isla, otros recién adiestrados por
Continúa la especialista dándonos datos sobre estos miristas chilenos,
que se habían ido de vacaciones a
Guanabo:
"La brigada tenía que hacer exactamente lo que se proponían Armando Carrillo y
sus camaradas mexicanos, junto con Norbert Krócher: establecer un
enlace con el movimiento
terrorista europeo, crear una atmósfera
de páníco en el continente mediante actos terroristas, liberar a
prisioneros políticos y acumular un
botín de guerra, principalmente mediante rescates por
secuestros y asaltos bancarios.
“Las
operaciones iban a iniciarse en 1976.
Los primeros países atacados serían
Alemania, Italia, Gran Bretaña y Francia.
La planificación estratégica se llevaría a cabo en el cuartel general de
El santuario privilegiado de la
brigada estaría en Portugal, donde
Después, Claire Sterling entrega más precisiones acerca del "santuario"
guerrillero europeo:
"Portugal
era una elección práctica.
En la primavera de 1975 parecía que el país iba a caer inevitablemente en manos
de los comunistas.
El movimiento de las fuerzas armadas se había estado inclinando mucho hacia la
izquierda desde el golpe de Estado de abril del año anterior.
El líder comunista Alvaro Cunhal, que llegó en vuelo desde
Tenía todas las razones para mostrarse amistoso con
Acampados en unidades milicianas sueltas en la orilla meridional del río Tajo,
había varios miles de defensores extranjeros de la izquierda revolucionaria
portuguesa, incluyendo tupamaros, chilenos y cubanos
("Portugal: Revolution and Bakclash", "Conflict Studies", NO 61, septiembre
de 1975;)
A muchos tupamaros y chilenos fuertemente armados,
los arrestaron antes de que pudieran abandonar el campamento, cuando se destruyó
el plan de los comunistas, en noviembre de 1975.
Según se señaló, los cubanos fueron a reunirse con el primer contingente de su
país en Angola, la ex colonia portuguesa, aterrizando allí en el curso de ese
mismo mes).
"La
nueva Brigada Latinoamericana en Europa iba a tener también un amigo especial en
el embajador soviético Amold
Kalinin. Designado apenas tres meses después del golpe de Estado militar en
Portugal, el embajador soviético voló de
"El cambio de clima político en Portugal ‑ el fracaso comunista ‑ modificó
inevitablemente los planes de
Sigue funcionando desde París, Roma, Estocoimo y Madrid...”
"Una operación temprana fracasó en Estocolmo, cuando la policía desbarató allí
Las perspectivas en Roma se hicieron más oscuras cuando la policía desalojó y
expulsó a una banda de buen tamaño... durante la búsqueda nacional para
encontrar a Aldo Moro, en la primavera de 1978.
“La red indispensable de servicio de Henri Curiel se descubrió y desbarató en
París. Sobre todo, se evitó inesperadamente la toma del poder en Portugal del
Partido Comunista inflexiblemente stalinista...
“En el verano de 1979, Norbert Kròcher y Manfred Adomeit fueron enjuiciados
ante
los tribunales alemanes y sentenciados, respectivamente, a catorce y doce años
de cárcel.
“En la cárcel Frankenthal, cerca de Mannheim, ocupan celdas apenas mayores que
el ataúd que destinaban a Anna‑Greta Leijon, con ranuras angostas de
iluminación.
“Ninguno de ellos ha abandonado sus esperanzas de extender la guerra de
guerrillas urbanas y desencadenar una revolución comunista".
En los medios locales no han faltado opiniones que sostienen que, después del
llamado "desastre de Malloco" (16 de octubre de 1975), en el que estuvieron a
punto de caer detenidos los máximos dirigentes del MIR (entre ellos Andrés
Pascal Allende y Nelson Gutiérrez), y del que salvaron gracias a la complicidad
de varios sacerdotes y religiosas, esta entidad terrorista amenguó sus atentados
por dificultades internas.
Se pensaba que hubo una "retracción a las bases", hasta que planearon la llamada
"Operación Retorno", en 1978.
En el tiempo intermedio habrían estado más o menos inactivos.
Como acabamos de ver, estos caballeros se mantenían en buen estado físico.
Claro que en ese momento despuntaban su vicio terrorista en la orilla meridional
del río Tajo, y con vistas a extender sus correrías hasta Estocolmo.
Lo cual resulta por demás congruente con su
“internacionalismo proletario".
Pero nada tiene que ver con esa argumentación de que habrían tomado las armas
para "restablecer la democracia en
Chile...
Y a
propósito de la socorrida "democracia" de los "jóvenes idealistas", nos parece
muy pertinente aquí efectuar una pequeña
digresión o complementación de lo antes traserito.
Se ha
leído que uno de los protectores principales de los miristas chilenos instalados
en Lisboa era el líder del PC portugués Alvaro Cunhal, al que "cortejaban".
Pues
bien, por esa misma época ‑ agosto de 1975 ‑, la periodista de izquierda
italiana Oriana Fallaci entrevistaba al secretario general del PCP.
Y a
ella le decía Cuinhal:
"A mí las elecciones no me importan. Nada. Absolutamente nada.
“Lo que quiero decir es que las elecciones nada tienen que hacer o bien poco,
con la dinámica revolucionaria.
Le guste o no le guste a usted, les guste o no les guste eso a los socialistas
(italianos).
“Lo que quiero decir es que el proceso electoral es un complemento marginal de
esa dinámica.
Se trata de un proceso revolucionario ¿sabe?.
Aunque se desarrolle paralelamente a un proceso democrático burgués, que a
veces coincide con los objetivos del proceso revolucionario, y a veces lo
contradice...
“El electorado burgués habla de leyes que se deben respetar.
Pero en el proceso revolucionario las leyes se hacen, no se respetan.
“No queremos una democracia como la de ustedes.
Tampoco queremos un socialismo y ni siquiera un sueño de socialismo como el de
ustedes.
¿Está claro?".
Eso
estaba muy claro.
Y
nadie podría creer que los 'Jóvenes idealistas" habían ido a los
campamentos de Punto Cero, Montes
Pinares, Pinar del Río, Los Troncos y Guanabo, en
Ni
que el camarada Arnold Kalinin, de
Son
cosas sabidas.
Y tan
antiguas, como aquella declaración de
Conviene recordarlo, de vez en cuando.