PRIMERA PARTE
(…continuación) Título 14.-
Luis
Heinecker S
14.
GUERRA PACIFICA. DESINFORMACION
A raíz de las instrucciones dadas por Boris Ponomariev ‑ jefe del Departamento
Internacional del CC del PCUS ‑, en junio de 1974, el "brain trust" soviético
se aplicó al estudio del “caso chileno", cuyo sabor agraz aún tenían en la boca.
Producto de esas órdenes, y adelanto de futuras operaciones, fue el informe
elaborado por el americanólogo del
Kremlin, camarada Yuri Koiriolov, cuya síntesis daba a conocer Radio Moscú el 18
de agosto de 1976.
Dijo Koiriolov
"El caso de Chile ha confirmado una vez más el postulado marxista de que las
fuerzas revolucionarias deben estar a la
ofensiva".
Y
añadía este sugestivo concepto:
"La experiencia de Chile enseña que las fuerzas revolucionarias deben dominar
perfectamente
todas
las formas de lucha,
saber
aplicar
Podríamos envanecernos.
Nosotros habríamos enseñado a los tiranos de Rusia una trasgresión básica a las
reglas de la lógica universal.
Violencia pacífica.
Los habríamos inspirado a formular ese contrasentido que, al violar el orden de
los conceptos, los inscribiría con letras indelebles en los anales de las normas
del pensamiento fundada por los griegos. Tranquilidad violenta. Sosiego
desasosegado. Lo negro‑blanco. Lo oscuro‑claro. La noche‑día. El calor‑frío.
¡Genial descubrimiento!
Pero, aunque esto moleste a la vanidad chilena, debemos confesar que los
comunistas, desde siempre, han sido
enemigos declarados de la lógica. Como que la reemplazaron por la "dialéctica"
de los contrarios. Donde el Principio de Identidad ‑ que no puede afirmarse que
una cosa sea y no sea a la vez, al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto ‑ es
sustituido por el de la "unidad de los contrarios".
"La ley de la contradicción inherente a las cosas, a los fenómenos, es decir, la
ley de la unidad de los contrarios, es la ley fundamental de la naturaleza y de
la sociedad y, en consecuencia, la ley fundamental del pensamiento".
(Mao Tsé‑Tung, "A propósito de la contradicción", Bs. As., Cuaderno de
Cultura, 1953, p. 37).
A partir de ese postulado no hay modo de entenderse con un hegeliano marxista.
Donde uno dice "frío", él puede interpretarlo como calor, frío y hasta templado.
Por eso, no hay diálogo posible, porque no hablamos el mismo lenguaje, y no hay
traductor que lo torne unívoco.
El equívoco es el modo de pensar marxista. Y, dentro de la lógica, del error en
el pensar, se deriva el engaño en
el obrar. Si piensas mal, actúas mal, aunque lo contrario no sea necesario.
Por ese sendero tortuoso han llegado a “la guerra llamada paz", que dijera
Alexander
Solzhenitsyn. Algo ininteligible para un hombre de simple sentido común.
Sin embargo, desde que se sabe que éste es uno de los "sentidos menos comunes",
conviene hacer el esfuerzo para ubicar el pensamiento de los marxistas.
Antes que Yuri Koiriolov, el "Jefe Genial de los Pueblos" (a quien rindiera
tributo emocionado don Salvador
Allende), José Stalin, en octubre de 1952, decía en el XIX Congreso del PCUS:
"El objetivo del actual movimiento por la paz (nota:
Stalin aludía a los "Partidarios
por
“Luchadores de
El profesor de
Dice:
"Cabe notar que los comunistas emplean los términos «batalla», «lucha>,,
«encuentro» y «combate» para referirse a situaciones que los no comunistas
considerarían de paz.
“Y ello se debe a que el comunista no acepta la distinción de la dicotomía
paz‑guerra que generalmente sostienen los no comunistas.
“Para el comunista, su oposición al no comunista es constante, y cualquier
declaración formal de conflicto sería a la vez provocativa y superflua.
Resulta significativo que Lenin en su artículo «El programa militar de la
revolución proletaria» emplee la expresión «la política de lucha»...
Lenin construyó sobre este concepto, sobre la teoría de la lucha de clases de
Marx, y sobre las implicaciones políticas de las teorías de Clausewitz... la
idea de Lenin sobre la «paz» como
técnica de lucha...
Para
los
comunistas, «paz» es esa condición ‑y únicamente esa‑ que prevalece en el área
dentro de la cual el comunismo domina la situación.
En el resto del mundo (o sea en el mundo no comunista) reina un estado de
continua lucha.
Por consiguiente, la «paz mundial» no puede implantarse hasta que todo el globo
sea en sí comunista...
Con toda claridad, dentro de ese contexto la fórmula comunista «la lucha por la
paz» se convierte también en la lucha por el mundo" (op. cit., ps. 19 ‑ 20 ‑ 23
‑ 24).
Ahora sí, creemos que el lector estará brevemente introducido en ese mundo
laberíntico que conduce a la "violencia pacífica", y no tan "pacífica", cuya
ofensiva anunciaba don Yuri Koriolov.
Ataque que bien podía haberlo desatado el "Consejo Mundial para
Ponomariev.
"A lo largo de los años el Consejo Mundial por
Paz y amistad.
¿Su plan de estudios amistosos...?
La “cobertura de cursos intensivos en terrorismo, guerra de guerrillas, lucha
callejera, asesinato, abotaje, tiro de precisión, fabricación de bombas y
explosivos, y demás parafernalia siniestra e la política de la violencia".
Alma Mater del Terrorismo.
Para los "amigos", no militantes en el PC, como los del MIR chileno.
Los rodriguistas, en cambio, en tanto que afiliados al PCCh, eran derivados al
“Instituto Lenin" (abreviatura con que era conocido el Instituto de Ciencias
Sociales y Escuela Internacional de Marxismo‑Leninismo, de Moscú).
Distinción que aclara Crozier:
"Cada curso (del Instituto) dura seis meses y en todo momento hay matriculados
entre 300 y 600 hombres y algunas mujeres.
Vienen de América Latina, el Mundo Arabe, de Europa occidental y meridional, de
Asia y de Africa.
Aunque los estudiantes están bajo constante vigilancia de
Los entrenados no comunista para el terrorismo son procesados por medio de
Sin embargo, muchos van tan lejos como a Corea del Norte, que ha entrenado a
varios millares de terroristas a cargo de
De esa manera, la "Liberación Nacional" recibe un especial giro marxista"
("Occidente se suicída",
Bs.As., Atlántida, 1979, ps. 139‑140).
Amistad y Paz. ¿Algún otro sentimiento pacífico...? “Coexistencia pacífica", por
supuesto!
Al respecto, nos informa un testigo fidedigno. Un hombre del "Aparato" del PC,
muy próximo a su CC, hasta 1972. Funcionario del Consejo Mundial de
Michael Voslensky, miembro de la nueva clase, la “NomenkIatura" soviética,
asegura que:
“la «coexistencia pacífica» no implica solamente paz y amistad, sino que es
también una forma particular de la lucha de clases a escala planetaria,
es decir, de la lucha de
("
Tenemos, pues, cerrado este primer circuito dialéctico.
Que va de la paz, pasando por la amistad, hasta el dominio mundial.
Las palabras de revés, dadas vueltas. El frío caluroso. La falsedad intrínseca
del marxismo.
Por la cual ha sido definido como "intrínsecamente perverso". Mentira que, en su
plano operativo de
Pero antes de seguir adelante con nuestro tema, permítasenos una digresión.
Acabamos de citar a dos especialistas de renombre internacional. Brian Crozier
ha sido director del “Institute for the Study of Conflict", de Londres, Michael
Voslensky ha sido vicepresidente de
Y en sus obras, ambas personalidades mencionan a Chile.
Voslensky, al describir los planes de hegemonía mundial de la burocracia
soviética, consigna lo siguiente:
"
Cuba juega un papel importante en esos
planes.
También
esperaba mucho de Chile.
En Moscú se oía decir desde hace
mucho tiempo que Chile, delgada franja de tierra que se extiende desde el sur
hasta muy al norte del continente sudamericano, podía ‑dada su posición
geográfica‑ convertirse en la base ideal para un movimiento de guerrilleros
comunistas en numerosos países latinoamericanos" (op. cit., p. 327).
Lo que el ruso indica lo corrobora el inglés.
Brian Crozier ‑corresponsal de Reuter, redactor jefe de The Economist,
columnista en el National Review, y comentarista de
Destaca que Salvador Allende y los comunistas tenían elaborado hacia 1973 un
"Modelo Santiago". Lo expone con estas palabras:
“No había Ejército Rojo para intimidar a la gente (la intimidación venía del
violento MIR), ni tampoco los comunistas controlaban el Ministerio del
Interior (como en el modelo Praga de 1948).
Sin embargo, la economía chilena estaba firmemente en manos comunistas, y eso
hubiera podido ser suficiente...
Y el Modelo Santiago hubiera podido fructificar casi con certeza en otro
satélite soviético por control remoto si
Allende y los miristas se hubieran quedado tranquilos.
En cambio, la irresponsabilidad del presidente y la impaciencia de la izquierda
revolucionaria hicieron inevitable una intervención militar.
El colapso de Allende fue un serio golpe para los planificadores estratégicos
soviéticos en
Pronto sería tema de incontables seminarios y sesiones de autocrítíca
entre los partidos comunistas de todo el mundo.
De ahí la insistencia de Ponomariev en la infiltración de las fuerzas armadas
dondequiera que se contemple una acción revolucionaria"
(en su artículo titulado "La situación mundial y el proceso revolucionario"
publicado en junio de 1974 por el órgano del Movimiento Comunista
Internacional, "Revista Marxista Mundial", de Praga) (op. cit., p. 67).
En síntesis, los soviéticos "esperaban mucho" del gobierno de
Como no pudieron convertirnos en "satélite soviético por control remoto", no han
cesado de deliberar acerca de su fracaso. Motivo más que suficiente para que nos
odien "per secula seculorum".
Fin de la digresión, que no nos apartaba tanto del problema. En realidad,
estábamos hablando de lo mismo. Hay quien nos aclarará la aparente paradoja.
Es quien fuera Director de Estudios Latinoamericanos e Hispánicos del Centro de
Estudios Estratégicos e Internacionales de
Nos referimos a James D. Theberge, luego gran Embajador de los Estados Unidos de
América en Chile.
Antes de ocupar ese alto cargo, Theberge, al pasar revista a la acción comunista
en Iberoamérica, en 1974, escribía:
"Por lo tanto (por los consejos desatendidos), Moscú estaba profundamente
alterado, pero especialmente sorprendido por la caída de Allende el 11 de
septiembre de 1973.
Tass admitió que la "experiencia chilena fue
amarga y dramátíca",
y Fidel Castro declaró que estaba "muy alterado por los acontecimientos de
Chile".
Moscú cortó relaciones diplomáticas con Santiago debido a la supuesta
persecución de funcionarios soviéticos por
Apenas una semana después de haber asumido el poder, el nuevo régimen comenzó a
experimentar la inmensidad de la frustración y desagrado soviéticos
expresados en una bien apoyada y mejor orquestada campaña de propaganda
destinada a
aislar y desacreditar al nuevo régimen.
La prensa y los medios de comunicación soviéticos acusaron a
Alternadamente se informaba que el Presidente Allende había sido "asesinado a
sangre fría", o "que había muerto como un héroe, resistiendo hasta el final".
En represalia, la residencia de Allende supuestamente había sido "borrada de la
faz de la tierra".
Aun Leonid Brezhinev, poco conocido por su devoción a la democracia occidental,
expresó su horror ante la "monstruosa y total violación de
("Presencia soviética en Améríca Latina", Santiago, Gabriela Mistral, 1974,
ps. 117‑118).
¡He
aquí, pues, como yendo detrás de la "amarga experiencia soviética", en Chile, en
1973, nos hemos dado de cara y manos con la desinformación!.
La
campaña de mentiras sistematizadas, elemento básico de
Y los
soviéticos pudieron mover su orquesta periodística, en tan breve tiempo, porque
la tenían bien afiatada desde antiguo...
Desinformación.
Jean‑Francois Revel ubica el tópico en su perspectiva bélica no convencional.
Dice:
"La
guerra ideológica, se libra en un solo sentido, guerra que sería más exacto
denominar
guerra de la mentira,
puesto que toda ideología es mentira". Explica que es una mentira doble o
triple. Un engaño "científico". Que se diferencia de la mera propaganda:
“La eficacia de la propaganda directa siempre termina, en efecto, por debilitar,
porque toda fuente oficial choca con el escepticismo.
La desinformación, más sutil, emana, pues, de fuentes que en apariencia no son
soviéticas: ni siquiera comunistas, siempre dentro de lo posible.
El refinamiento de la desinformación ha consistido, por ejemplo, en los inicios
de la distensión, en hacer defender en Occidente las tesis provechosas para
O también en penetrar lentamente en las iglesias cristianas.... para
insuflarles un tema sustitutorio, más "público" que el tema religioso: la "lucha
por la paz"; o en el Tercer Mundo, la "teología de la liberación".
Un obispo siempre tendrá más éxito en ese registro que el agregado de prensa de
Esto
es claro. Siempre sería mejor que Mr. Edward Kennedy o Monseñor Helder Cámara
hablaran contra el General Pinochet, que el "tovarich" Leonid Brezhnev. Aunque a
éste se le escapara aquello de que en Afganistán no se repetiría lo de Chile...
El
mismo Revel proporciona varios ejemplos de
Uno,
el llamado "Rapport Fechteler”, (sic) publicado por el diario parisino "Le
Monde" el 10 de mayo de 1952, nombre de un almirante norteamericano quien habría
trazado planes estratégicos de belicismo desmesurado en el Mediterráneo, lo que
provocó la inquietud del electorado francés.
El
"documento" era una superchería de los servicios especiales soviéticos.
Aprovechando que "los medios de
comunicación occidentales apenas tienen memoria", repitieron el id en 1978:
“La impostura de 1978 conocerá una difusión y una longevidad todavía superiores.
Tomó la forma de un
"manual práctico"
firmado nada menos que por
Willíam Westmoreland,
el
antiguo jefe del Estado Mayor de los Ejércitos.
El distinguido general preconizaba en él que los servicios secretos
norteamericanos se sirvieran de las organizaciones subversivas de extrema
izquierda que operaban en Occidente para salvaguardar los intereses de los
Estados Unidos en los países amigos, en los que los comunistas parecían estar a
punto de acceder al poder.
En una palabra, los Estados Unidos debían infiltrar los grupos terroristas e
impulsarlos a poner en apuros a los gobiernos democráticos aliados que
eran culpables de indulgencia con el comunismo.
En el momento en que varias democracias europeas se hallaban enfrentadas a un
terrorismo cada día más eficaz, y cuando se empezaba a osar mencionar una
eventual complicidad soviética en ese terrorismo, los autores de la
falsificación pretendieron incitar a la opinión a ver en los servicios secretos
norteamericanos los verdaderos instigadores de la subversión.
Idea ingeniosa pero difícil
de
creer.
Por
suerte la providencia velaba. Adoptó la forma de un periodista español,
Femando González,
a
quien un milagro hizo dueño y señor de la falsificación, pomposamente
considerada "top secret".
El tal González previó su publicación en el semanario
español “Triunfo” del 23 de septiembre de 1978.
Pero, en un gesto de abnegación único en los anales de la prensa, “Triunfo” se
privó voluntariamente de su exclusiva para ceder la primicia de la
falsificación, en prepublicación, al diario madrileño El País, clasificado como
“independiente de izquierda", que lo publicó primero, con toda confianza, en su
número del 20 de septiembre.
Y era porque, siendo Fernando González
comunista y cercano a
Lavado perfecto,
inmaculada concepción, porque desde El País la falsificación saltó por encima de
los Pirineos para reaparecer en Francia en
Le Monde tres días después.
Se la vio luego serpentear
por los Países Bajos
en el
semanario Virij Nederland del 7 de octubre de 1978, en Italia en L'Europeo del
16, en Grecia el 20 en To Vima, que proclamaba la “indiscutible autenticidad" de
la falsificación y lo titulaba: "Un manual norteamericano secreto sobre las
operaciones de desestabilización en
A partir de entonces, y aquí es donde reside
el gran arte de la desinformación,
la agencia Novostí
estaba en condiciones de recoger la noticia citando como fuentes a esos
diversos órganos respetables de la prensa occidental no comunista.
La pura lógica impulsó desde entonces a Novosti, y a algunos de sus portavoces
occidentales, a extrapolar
ya convertir a los servicios secretos norteamericanos en
responsables incluso del asesinato del jefe de la democracia cristiana
Aldo Moro por las Brigadas Rojas, de los atentados de
El inventario exhaustivo de la desinformación desbordaría el grosor hercúleo de
varias enciclopedias. ¡Hasta tal punto es universal! y ningún continente
escapa a su irradiación" (op. cit., ps. 177‑178).
Realmente no se pueden enumerar todas las mixtificaciones elaboradas por los
comunistas en esta época de la
historia. Como dice Jean‑Francois Revel, no caben ni en varias enciclopedias.
En todo caso, para quien se interese en estos asuntos, lo remitimos al artículo
de Michel Heller, titulado "La
desinformación, medio de información"
(en: "Politique Intemationale", invierno de 1980‑1981).
Lo que sí no podemos pasar por alto es un dato contenido en la descripción de
Revel que hemos transcrito.
El cree, por su posición ideológica, que ciertos órganos de prensa occidentales
fueron absolutamente engañados con la falsificación del comunista González.
Toléresenos la duda metódica, cartesiana que fundamos en el siguiente punto. El
País, Le Monde, etc., del "centro‑izquierda" o “izquierda democrática", o como
quiera llamárselos, que no son niños de pecho, estaban obligados al "chequeo" de
la supuesta información que tan gentilmente se les brindaba.
Máxime, por sus tremendas implicancias para su aliado en
No lo hicieron. Dieron curso a la mentira. Pudiera ser que en esa conducta,
cuando menos irresponsable, hubiera incidido el afán de sensacionalismo del que
vive cierta prensa. Lo concedemos. Pero, también, pudiera ser que hubiera
existido complicidad. Eso nos lo deberá conceder Revel.
Y, ¿por qué hacemos este planteo al perspicaz crítico de L'Express… ?
Porque nosotros somos víctimas reiteradas de esa técnica de desinformación. No
ya de
No. A nosotros nos han hecho "desinformación" típica.
Las más grotescas y conocidas mundialmente: con la internación de armamentos en
Carrizal Bajo o con el atentado que sufrimos en 1986.. En ambos casos se negó la
autoría flagrante del comunismo internacional, hasta que, pasado un tiempo, fue
admitida con plenitud.
Y los órganos de la prensa "seria y democrática" occidental, se prestaron a
apañar las mentiras de los comunistas, reproduciendo, sin objeciones, sus
"comunicados" y sus "conferencias de prensa" clandestinas. Y nos imputaron todas
las muertes y los desaparecimientos habidos y por haber ocurridos o por ocurrir
en Chile..
Y nos denigraron con sus campañas por 1as “violaciones de los derechos humanos",
también curas y capitalistas metidos en ese baile desinformativo.
Pero, conforme al método objetivo que hemos adoptado, no vamos a hacer nuestro
propio alegato.
Lea el lector lo que dice sobre el particular la escritora francesa Suzanne Labi
(autora, entre otros libros notables, de "Stalin, el Terrible", "Cincuenta años
de comunismo "La violencia política", "El mundo de
las drogas", etc.).
Es
ella quien ha sacado sus cuenta para mostrar que
"no hay ninguna simetría en las condenas", ningún
"balance equitativo”.
Leamos:
"De hecho las tiranías comunistas son considerablemente menos denunciadas
que
los poderes autoritarios anticomunistas.
Durante cerca de dos años, la mayoría de los medios de comunicación, que
desbordaban de imprecaciones contra Pinochet, no dijeron una palabra sobre el
gigantesco
genocidio perpetrado por los comunistas vietnamitas y camboyanos contra sus
pueblos.
Luego fueron unas noticias apretadas en tres líneas en las páginas interiores de
los diarios.
Un control operado durante todo el año 1976 en las columnas del
Washington
Post
muestra que este órgano, prototipo del "espíritu liberal", señaló:
-
cincuenta y ocho
veces
violaciones de los derechos humanos en Chile,
-
veinticuatro
veces
en Corea del Sur;
-
y
una sola vez en Corea del Norte
comunista, a pesar de sus diez campos de concentración y sus agresiones
sangrientas contra Corea del Sur;
-
cuatro
veces
en Cuba, a pesar de sus "jaulas de hombres", sus veinte mil prisioneros
políticos, y el incalculable número de desaparecidos y ejecutados;
-
nueve
veces
en Camboya, a pesar de sus dos millones de muertos por la represión;
-
ninguna vez
en
Yemen del Sur, a pesar de sus quince mil prisioneros políticos y los numerosos
asesinatos de opositores que allí se efectúan.
“La parcialidad del
New
York
Tímes
fue
aún más impactante:
-
señaló
sesenta y seis
violaciones en Chile;
-
sesenta y una
en Corea del Sur,
-
contra
cero
en
Corea del Norte;
-
tres
en
Cuba,
-
y
solamente
cuatro
en
Camboya.
En
cuanto a la cadena norteamericana de televisión N.B.C., en el año en que
se consumó el genocidio en Camboya, no evocó
ni una sola vez
esta
violación inaudita de los derechos humanos, mientras no dejaba de alborotar a la
opinión pública en contra de los ataques a los derechos humanos en Chile,
Argentina y Uruguay.
¿Quién había oído hablar de los horrores cometidos por los comunistas
norvietnamitas en Vietnam del Sur, antes de que se manifestaran con el drama
desgarrador de los barcos de refugiados navegando hacia la muerte?
¿Quién oye hablar alguna vez de las atroces prisiones de Castro rebosantes,
desde hace veinte años, de miles de prisioneros políticos renovados
incesantemente cuando los antiguos mueren bajo los malos tratos?
¿Quién ha oído hablar de los colgamientos en masa de opositores en Yemen del
Sur, en Etiopía, en Angola o en Mozambique comunizantes?
¿Quién ha oído hablar de los tres mil niños de Kalbincla deportados a Cuba en
1977 porque se negaban a enrolarse en el ejército de Angola?
¿Y del nuevo secuestro de niños en Kabinda, en 1979, enviados a los campos de
guerrillas en
¿Quién puso al Afganistán procomunista de Tarak‑Amin al margen de la humanidad
por sus quince mil prisioneros políticos que se pudrieron en las prisiones
superpobladas antes de la invasión soviética, tres mil de los cuales fueron
fusilados; y por los cuarenta y ocho estudiantes pasados por las armas frente a
su casa y a su familia porque se negaban a seguir un curso sobre la vida de su
presidente, que era una marioneta soviética?
Imaginen que Pinochet hubiera cometido la centésima parte de este acto de
salvajismo: todos los diarios del mundo lo habrían publicado a ocho columnas,
vibrantes de indignación"
("Chile: el crimen de resistir",
Semblanza, s/f., ps. 284‑285).
Eso hizo por nosotros la "prensa libre", principalmente la de los Estados
Unidos, la a que condenó a Nixon y
ocultó los escándalos de alcoba de Kennedy, porque uno era “malo" y el otro el
"bueno" de la película, 1iberals" o "radicals".
En cuanto a Francia, es la escritora Suzanne Labin quien retoma su tema:
"Cuando
“Pero cuando
“Por el contrario, los diplomáticos vietnamitas comunistas pudieron venir con
toda tranquilidad a "explicar", a través de nuestras ondas, las atrocidades
cometidas contra esos náufragos por su gobierno.
"Se puede decir, sin exagerar, que los medios de comunicación controlados por la
izquierda condenan a Pinochet, en absoluto tanto como a Breznev, sino que
mil veces más.
Y
como hemos visto que es
diez mil veces menos
culpable, resulta que
la tasa de mala fe de la
izquierda es de diez
millones.
Y esta mala fe colosal no es gratuita" (op. cit., ps. 286‑287).
¿Por qué?, se pregunta la escritora francesa,
"¿Por qué este ensañamiento de los
medios comunicación de izquierda contra Pinochet?".
Y se responde con todo tino:
“Creo que la clave del misterio reside en el fracaso irremisible del proyecto de
sociedad socialista, que fue aplicado por los regímenes comunistas"
(op. cit., ps. 287‑288). Por nuestro terrible "crimen resistir".
En suma: que existe un modo especial de
Combate que se libra a través de los órganos de prensa y comunicación de masas.
Lucha con el lenguaje y el
centimetraje.
Con un argot que hay que aprender a descodificar.
Así como ahora sabemos que:
-
cuando un terrorista dice que ha "expropiado", quiere decir que ha robado,
-
cuando dice que ha "eliminado" quiere decir que ha matado,
-
cuando dice que ha "combatido", quiere decir que ha tendido una emboscada
artera,
-
cuando dice que ha "castigado", quiere decir que ha colocado una bomba en un
lugar público,
-
cuando dice que ha "liberado" un
pueblo, quiere decir que
ha
sometido por el terror a sus habitantes,
-
y
cuando dice que ha recluido en una "cárcel del pueblo" y ha “Juzgado" a una
persona, quiere decir que ha vejado y ha atormentado de un modo atroz al
prisionero.
Así,
de análogo modo, deben ser traducidos los términos empleados por sus camaradas
de los medios de comunicación.
Cuando ellos deforman las noticias sobre la represión del terrorismo,
desinforman.
El
“lavado" de una noticia es el acto de pasarla de su fuente comunista a otra
cuasi o no comunista.
El
"vestido" de una noticia es la maniobra de cubrir con una información real otra
subversiva y falsa.
El
comentario "orientado" es la distorsión tendenciosa de un acontecimiento,
etcétera. Como en el "gran bonete", cada cual atiende su juego. Cada uno hace lo
suyo en su campo
por
la subversión.
Al fin de cuentas, para ellos, la guerra y la paz no se distinguen mucho.
Violencia pacífica.
Ponomariev, en 1974, ordenaba acelerar la ofensiva contra Chile, con 1as formas
de luchas pacíficas y no pacíficas".
Ya en 1969 Volodia Teilteboim había aclarado que 1a expresión vía pacífica es un
término obsoleto que no tiene ningún sentido"
("El Siglo", 16 de febrero de 1969).
Y antes aún, Luis Corvalán, en 1963, había especificado: "La diferencia entre la
vía pacífica y la vía armada sólo está en el empleo o no de las armas como medio
dominante
de lucha. Dentro de una vía caben elementos de la otra"
("Revista Internacional", Praga, 1963, Nº 12, p. 7).
Al tenor de esas precisiones, bien cabe concluir que la desinformación es una
parte "no armada" o "predominantemente no armada" de
Con sus mentiras sistemáticas, los leninistas dieron cumplimiento a la consigna
de Yuri Koriolov de aplicar la
"violencia pacífica" al pueblo de Chile.